jueves, 16 de diciembre de 2010

Las dificultades de innovar en un mundo capitalista



Tuve la fortuna de acudir, como participante, al pasado Congreso Estatal de Jóvenes Emprendedores 2010, organizado por el Instituto de la Juventud Guanajuatense. Es la primer vez que tuve la oportunidad de presenciar este evento, no porque haya tenido compromisos adicionales, sino porque desconocía de la existencia de este evento. Aparentemente, no se le dá la difusión necesaria a este tipo de eventos. Por ese lado, tache para el Instituto de la Juventud Guanajuatense!!

Casi al final de éste evento, el moderador y principal ponente, Ricardo Murcio Rodriguez (Un gran moderador, al igual que aquellos que invitaron en eventos pasados, tales como Erik Guerrero, Andrés Bustamante y otros, según me comentaron asistentes a ediciones previas), otorgó un espacio para preguntas y respuestas, y le planteé la situación actual del capitalismo, cómo ha sido duramente criticado por sus detractores debido a que, aparentemente, no ha funcionado como se esperaba, puesto que, de manera general, las leyes, códigos, impuestos y reglamentaciones fomentan el enriquecimiento y crecimiento exponencial de aquel o aquellos que ya de por sí es o son ricos, y, como consecuencia, merman las oportunidades para los emprendedores (o emprendepobres, como me gusta referirme a nosotros), quienes deben de soportar trabajo extenuante con recursos limitadísimos, duras cargas fiscales, deudas enormes con tasas de interés extremadamente altas por parte del sistema financiero, y la alta y, en ocasiones, desleal competitividad en casi todos los sectores, dado que, generalmente, las grandes o medianas empresas cuentan con un "colchón económico" (llámese telmex, televisa, news corporation, wal-mart, BP, Coca-Cola, o la que gusten nombrar) que les permite implementar tácticas desleales tales como el "dumping", una terrible práctica que consiste, básicamente, en reducir los precios de venta a menos del costo de producción, a un punto tal que la empresa termina aparentemente "perdiendo dinero", pero que mas sin embargo, es en realidad una "inversión" que termina por convertirse en una depredadora de los precios y de la competencia, tronando a todo aquel que no sea capaz de soportar las condiciones de mercado, dicho de otro modo, de los emprendedores.

Como poder competir contra alguien que posee más dinero que varios países de CentroAmérica juntos (hablando en términos de PIB)? Imposible...

Es por esto que, últimamente, me ha dado por reflexionar sobre el capitalismo, como un arma de doble filo. Por un lado, "premia" al innovador, al que genera nuevas ideas, nuevas soluciones, con la oferta y esperanza de una derrama económica potencialmente enorme, pero que, al mismo tiempo, merma la oportunidad de las futuras generaciones, haciendo cada vez mas difícil innovar, orillando a las personas a tener que conformarse con ser simplemente un empleado más con un salario fijo que, puede ser bajo, puede ser alto, pero no es más que un salario por un trabajo repetitivo, en el cual no hay una libertad financiera, ni nunca la habrá, y convierte a la persona hacia una total dependencia de su presencia y trabajo físico para poder sobrevivir en un mundo tan competitivo, y, como sabemos, nuestra existencia no está comprada. Así como hoy estamos con mucha vitalidad, mañana podríamos tener un terrible accidente, y dejar a una familia desamparada y en la ruina total.

Alguna vez pensé, en otros ayeres, que "antes" era más fácil innovar. Pensé que, quizás, si me hubiea tocado vivir en los años previos a 1940, y hubiera vivido en Texas, me habría tocado presenciar y ser partícipe del boom petrolero norteamericano, y hoy sería propietario de TEXACO, Gulf Oil o BP. O, por poner otro ejemplo... a quien no se le habría ocurrido hacer un aparato que tuviera alas, pareciera un ave, y pudiera volar? Tan fácil que habría sido construir un avión! Sin embargo, estos pensamientos de niño los he digerido bien, y he llegado a la conclusión de que cada invención, cada innovación, fue tremendamente complicada de realizar para la época en que se desarrolló. Hoy damos por hecho que existe el Internet, las PCs y los smartphones, por ejemplo. Quizás algunos de nosotros hasta seamos capaces de crear por nuestros propios medios un circuito eléctrico o electrónico simple. Pero pensar en ello, a principios del siglo XX, era simplemente imposible, o brujería.

Debo admitir que, sin embargo, y con justificada razón, aún rondan por mi mente esas ideas, pero ciertamente "evolucionadas". Aún recuerdo cuando tenía 15 años, aún las PC's no eran nada comerciales, no cualquiera las tenía, y ni que decir del Internet, carísimo y cobrado por horas. Vivía yo en Tijuana, BC, Mexico. Se me ocurrió de pronto: Por qué no crear cabinas individuales, en donde una persona pudiera, insertando unas monedas, acceder a una PC conectada a Internet? Los cibercafés apenas empezaban a aparecer entonces. Un par de semanas después, ví mi "invento" materializado, tan perfecto, tan idéntico al que yo había imaginado, que pensé que quizá alguien había escuchado algún comentario mío respecto a mi idea. Lo ví mientras caminaba por un mall (Centro Comercial) en San Diego, California, USA: Era una cabina individual de tamaño similar a un clásico videojuego arcade de carreras de coches, con un asiento dentro, y una cortina alrededor, para proteger la privacidad del usuario, una ranura para insertar monedas o billetes, y, por supuesto, una PC muy bien protegida para evitar su robo o vandalización. Fué en ese momento en que empecé a generar ideas acerca de las injusticias del capitalismo: Una persona con ideas excelentes, pero sin capital, es simplemente un empleado más!

Hoy en día, más de una década después de aquel sueño mío materializado por un tercero afortunado, me he cansado de ver este mismo concepto en muchos lugares, pero principalmente en aeropuertos de México, con la gran diferencia de que ahora son miniaturizados, y tremendamente caros (MXN$ 1.0 por minuto de uso; por supuesto, son propiedad de Teléfonos de México EN SU TOTALIDAD)

Sin embargo, no todo es tristezas y desilusiones, afortunadamente. Hoy en día, los gobiernos han decidido dar cierto impulso a los emprendedores con ideas frescas y nuevas propuestas, principalmente mediante la creación de las llamadas "Incubadoras de Empresas" instituciones en las cuales, junto con un grupo de asesores especializados en ramas como la mercadotecnia, contabilidad y finanzas, desarrollo humano y ventas, se apoya a toda aquella persona con ideas de negocio, desde las más simples, como una tiendita de esquina, hasta ideas potencialmente franquiciables y expandibles. Asimismo, se proporciona la vinculación y acercamiento a facilidades para obtener financiamiento para poder materializar la idea. Algunas que me permito recomendar de manera personal son Proempleo Leon y La Incubadora de Negocios de la Universidad Tecnológica de León.

Volviendo al Congreso de Emprendedores al que asistí, la respuesta del ponente fué muy vitoreada y aplaudida por el respetable, en el cual me incluyo: Comentó que concordaba con mi idea, acerca de la ineficiencia del capitalismo del modo en que se ha venido ejecutando hasta ahora, y propuso que, a fin de que pudiera seguir siendo sustentable, éste tendría que dar un giro y tomar ciertas dotes de "socialismo", principalmente mediante la mejor distribución de la riqueza, incluyendo a los empleados como parte del capital del activo de la empresa, así como cambiando el modelo del empleado de ser simplemente un ente trabajador repetitivo con un salario como única retribución, a ser accionista de la empresa, de manera tal que éste se sentirá parte de ella, la cuidará como si se tratáse de una posesión suya más, y se exigirá y exigirá a todos den su máximo esfuerzo, por el bien común.
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