Por muchos es conocido el gran problema de salud pública que aqueja a México - al igual que a América Latina en general - desde hace tiempo: la automedicación por parte de la gran mayoría de la población. Incluso su servidor, cuando era niño (o sea, más joven de lo que de por sí es...), era automedicado por su propia familia! (el presunto culpable: las mamás!) Hablando de presuntos culpables, mención aparte merece este gran documental, no pensé que fuera tan bueno, esperaba algo así como la bruja de blair o algun documental/reportaje barato al estilo de programas como el extinto "Otro Rollo" (si, lo admito, cuando niño lo veia!que inocente y crédulo era entonces!) He de reconocer que no lo vi en el cine (porque en el poblado en que me encuentro no los hay, además que el último informe que tuve fué acerca de la suspesión de su proyección a nivel nacional), sino mas bien gracias a nuestro amigo el P2P...
Volviendo al tema principal, la automedicación implica un enorme reto, para el que sólo hasta hace poco tiempo se empezó a buscar y aplicar soluciones, y es que el secretario de salud actual, Jose Angel Cordoba Villalobos, en conjunto con la Secretaria de Salud, establecieron como un requisito la expedición de receta médica para la venta de medicamentos conocidos como antibióticos (antibioticos son aquellos compuestos químicos destinados a la erradicación de cualquier forma de vida que infecte o infeste al ser humano).
Antes de iniciar el Servicio Social de Medicina, tenía la idea que la automedicación ya no existía, o que, al menos, era mínima en comunidades rurales o semi-rurales. No podía estar más equivocado!
Es tal la incidencia de la automedicación en las zonas rurales y semirurales -al menos de Los Altos Norte de Jalisco- que a las pocas semanas de llegar a San Diego de Alejandría, Jalisco, me tocó conocer varios casos de personas -principalmente madres de familia-, que acudían a consulta con sus hijos -principalmente menores de 5 años- indicando que habian medicado a su niño con 1 tableta de acromicina (una marca comercial de Tetraciclina, de la farmacéutica Wyeth) por cursar con diarrea, refiriendo haberla obtenido fácilmente en la tiendita de la esquina, por unidades, y, claro, sin receta médica.
Situación similar ocurrió cuando conocí a una mujer, de alrededor de 30 años, quién acude a consulta refiriendo dolor en oído de un solo lado, y para el cual se tomó "una ampicilina", indicando incluso no ser la primer vez que lo hacía, sino que ya era costumbre suya que cada que le dolía, se le quitaba con tan solo tomar "una ampicilina"!!!!
Por supuesto, me tomó casi media hora el regaño y su respectiva explicación a cada uno de estos pacientes, quienes dijeron no saber que era "tan malo" tomarse un antibiótico sin indicación médica.
Recordemos que una de las más importantes y graves consecuencias de la automedicación antibiótica es el desarrollo de resistencia, misma que -personalmente- explico con la analogía de la lucha a muerte entre un caballero y un dragón (puede intercambiarse el dragón con un ave fénix incluso) al cual se deben de dar 10 estocadas para poder aniquilarlo. Si el caballero solamente da 2 o 9 estocadas, es altamente probable que no pueda derrotar al villano y que, más bién, éste recupere energía, se vuelva más fuerte y ataque con aún mayor intensidad.
Asi que, poco a poco, iremos educando al pueblo. Seguiremos informando al respecto, conforme vayamos obteniendo más datos y/o resultados.