La apatía y la procrastinación son características que, según nosotros mismos, nos identifican como mexicanos. Que pesimistas, no?
Lamentablemente, lo anterior aplica no sólo a México, sino a América Latina. Quien escribe estas líneas ha tenido la fortuna de conocer varios países latinoamericanos, y, tristemente, he visto cómo en todos ellos, la corrupción, el nepotismo y la procrastinación, en mayor o menor medida, son cánceres profundos en nuestra sociedad que evitan que avancemos como naciones y continente, a pesar que, según Forbes, entre los 20 países más felices del mundo, figuran 4 latinoamericanos!
Estamos acostumbrados a dejar todo para el último, confiados en que, con la ayuda del estrés, podremos ser más efectivos y cumplir con nuestras obligaciones y actividades de manera más rápida y efectiva... Nada más falso! Por supuesto, éste comentario no debe de interpretarse como una generalización.
Ahora bién, por que no utilizar ésta peculiar característica para el bién de la población? A pocos meses de haber iniciado la aventura del servicio social, he podido detectar cómo, a pesar de dar una consulta, plática o exposición de 1 hora o más, la gente realmente no comprende que, enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemia, obesidad, síndrome metabólico y demás, son las asesinas perfectas: son silenciosas, puesto que en la mayor parte de los casos, pasan desapercibidas, no producen síntomas significativos y son infradiagnosticadas.
Es por ésto, que, apoyados en la ideología y misión de siempre velar por el bienestar de la comunidad, dar promoción a la salud (prevención primaria), y ofrecer prevención secundaria de la enfermedad, hemos iniciado la modificación de las estrategias a seguir, así como la orientación que se dá a las personas, exagerando de manera moderada las consecuencias de los padecimientos que sufren los enfermos que atendemos, a fin de obligarlos a poner manos a la obra y cumplir con las recomendaciones higiénico-dietéticas y de actividad física que les ofrecemos. No somos tan fatalistas y amarillistas como el caso de las advertencias en empaques de tabaco y cigarrillos en México (aunque el fatalismo y amarillismo en este caso es utilizado, a mi parecer, de manera muy inteligente y persuasiva), pero si deseamos que la salud de la comunidad no empeore, o, al menos, se mantenga estable; para éso estamos, no?
Un ejemplo muy clásico es la aparición de la nefropatía diabética, siendo que desde el momento del diagnóstico de diabetes hasta la presentación de los síntomas puede haber un período de ventana de 15 a 25 años, por lo cual, desde antes incluso de la aparición de microalbuminuria (30 a 300mg/24 horas), aplicamos la exageración de las consecuencias de la falta de apego al tratamiento, tales como ocultar el largo periodo de ventana propio de las enfermedades crónicodegenerativas, y más bién, explicar cómo, si en un año no se logran las metas de control, el pronóstico sería muy sombrío.
Estaremos reportando los resultados.